lunes, 28 de febrero de 2011

Una cuota inútil

Juan Sebastián Jaime Pardo (Estudiante de la Maestría en Derecho de la Universidad de los Andes)


El actual Ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, decidió incluir, de un plumazo, una cuota parlamentaria de género del 30% dentro del Proyecto de Ley 92 de 2010 (Cámara). Su propuesta también contenía un principio de equidad de género. ¿Por qué de un plumazo? Porque la cuota no se ve respaldada por un conjunto efectivo de sanciones e incentivos, no procura garantizar la efectiva elección de las mujeres, y la problemática de género no cuenta con una sola palabra de justificación en la exposición de motivos del proyecto.

Esta iniciativa ignora todas las experiencias de cuotas en otros países e incluso la experiencia colombiana. El único incentivo con el que cuenta esta cuota es la distribución del 5% de los recursos del Fondo Nacional de Financiación en proporción a las mujeres inscritas. No se contemplan sanciones para el incumplimiento. Además, se trata de una cuota de inclusión en lista que, comparada con las cuotas que reservan escaños, tiene una efectividad muy baja. No asumo muchos riesgos haciendo afirmaciones tan categóricas, pues las experiencias de otros países han sacado a relucir las fallas de este tipo de iniciativas. Acá se hará un breve recuento de estas fallas, sin abarcarlas todas.

El primer obstáculo para las cuotas es el funcionamiento de los partidos y el juego de la relaciones de poder, que favorecen a los hombres. Por este motivo, en países como Brasil se demostró que es más fácil para las mujeres ser candidatas y ser efectivamente elegidas cuando hacen parte de partidos de izquierda. El 50% de las mujeres elegidas hacían parte de esta corriente. Los partidos de izquierda fueron más abiertos a modificar su estructura para cumplir con la cuota.

El segundo obstáculo es el equilibrio entre sanciones e incentivos. En Costa Rica, los partidos optaron por no “llenar” las listas, sino dejarlas incompletas. Como no existía una sanción, los partidos no fueron castigados y la efectividad de la ley se vino al piso. En Francia los partidos incluso estuvieron dispuestos a pagar las sanciones por considerarlas menos gravosas que no poder conformar las listas a su antojo.

El tercer obstáculo es la falta de claridad en las disposiciones de la norma. En Costa Rica los partidos contaron el porcentaje exigido a partir del consolidado de todas las listas y no en cada una de ellas. Como resultado, en muchos distritos la participación era menor, compensando con otras listas en las que la presencia femenina no era abrumadora en proporción, sino en número (las más nutridas).

El cuarto obstáculo es que la cuota se cumple por pasar el requisito. Las mujeres generalmente terminan ocupando los últimos lugares en las listas u ocupan las listas donde el partido cree que no tiene posibilidad de ganar.

Además de estos obstáculos existen argumentos recurrentes que se han usado de manera histórica para incumplir la cuota. Al igual que en los pronunciamientos del Consejo de Estado cuando fue requerido para hacer cumplir la cuota para cargos públicos, en el Congreso sonó el argumento de la falta de mujeres. Este argumento es muy pobre porque, según cifras del Observatorio Laboral para la Educación, entre 2001 y 2009 el 57,4% de la población con grado universitario corresponde a mujeres. De igual manera, en el mismo periodo de tiempo se graduaron de nivel de posgrado (especialización, maestría o doctorado) 144.322 mujeres, que corresponde a un sólido 53,93% del total. Aunado a lo anterior, las mujeres en todos los niveles de educación, excepto en doctorado donde la diferencia es de 0,3%, tienen una tasa menor de ingreso a la economía formal. Es decir, no sólo hay más mujeres educadas, además las emplean menos. ¿De dónde sale que no hay mujeres para cumplir con cualquier tipo de cuotas?

Mujeres capaces abundan, pero las normas mal diseñadas, o diseñadas a propósito para no generar grandes efectos, siguen siendo los principales motivos para que sigamos tan lejos de una real igualdad de género. En vista de que la mayoría de las iniciativas legislativas de género son propuestas por hombres, ¿por qué no hacemos un esfuerzo para lograr una real participación de las mujeres en el Congreso? Yo estoy convencido de que ese es un buen comienzo para lograr una verdadera ciudadanía.

Bibliografía:

El análisis de los casos de Brasil y Costa Rica, entre otros, está en International Institute for Democracy and Electoral Assistance, La aplicación de las cuotas: experiencias latinoamericanas. Lima, 2004.

El análisis del caso francés está en:
Gill Allwood & Khursheed Wadia, Increasing Women's Representation in France and India, Canadian Journal of Political Science / Revue canadienne de science politique, Vol. 37,No. 2 (Jun., 2004), p. 385

Yvonne Galligan. Bringing Women in: Global Strategies for Gender Parity in Political Representation. University of Maryland Law Journal of Race, Religion, Gender and Class, Vol. 6, Issue 2 (Fall 2006), p. 322.

La página del Observatorio Laboral para la Educación es: http://www.graduadoscolombia.edu.co/

miércoles, 16 de febrero de 2011

Una rectora para la Universidad de los Andes

Isabel C. Jaramillo Sierra (Profesora Asociada, Facultad de Derecho, Universidad de los Andes)


La Secretaría General de la Universidad de los Andes nos ha informado a los profesores y estudiantes afiliados a ella que el 7 de febrero se nombró al Comité que hará la búsqueda para proponer al Comité Ejecutivo candidatos para ocupar la posición de Rector. El Comité Ejecutivo, a su vez, nombrará al Rector. De los 9 miembros de este Comité de búsqueda solamente 1 es mujer. En verdad no había mucho de dónde escoger: de los 58 miembros del Consejo Superior -entre los numerarios, honorarios y permanentes- solamente 4 son mujeres.

Esta representación de menos del 10% en el órgano de gobierno de la Universidad, una representación que es casi tan baja como la que tienen las mujeres colombianas en el Congreso de la República, se corresponde con la representación que tienen las mujeres en las posiciones de dirección y manejo dentro de la Universidad. En los 63 años de la Universidad nunca una mujer ha ocupado la posición de rectora. En algunas facultades no ha habido nunca una mujer decana: Economía, Ingeniería, y hasta el 1 de marzo, Derecho. Han sido decanas, según los datos disponibles y sin contar a las decanas de estudiantes: Gretel Werner (Humanidades); Claudia Montilla (Humanidades); Karen Rogers de Noriega (Arquitectura); Elsy Bonilla (Ciencias Sociales y Humanidades); Margarita Botero de Meza (Ciencias) y María Lorena Gutiérrez (Administración de Empresas).

De otro lado, sin embargo, la Universidad no sólo ha sido pionera en propiciar la igualdad de oportunidades de las mujeres al establecer como únicos criterios de admisión los criterios objetivos de las notas en los exámenes de estado, sino que ha liderado la producción de conocimiento por mujeres y para mujeres.
En efecto, las estadísticas de admisiones para la década entre 1998 y 2008, muestran que entre quienes iniciaron estudios en la Universidad hubo entre 35% y 45% de mujeres (Boletín Estadístico 2009, cuadro 13, p. 41). Lo que resulta más interesante, sin embargo, es que las mujeres permanecen más y se gradúan más de la Universidad: entre el 39% (1998) y el 60% (por ejemplo en el 2005) de los graduados fueron mujeres en la década de 1998 a 2008.

El número de profesoras de planta mujeres también supera ampliamente el 8% de representación en el Consejo Superior. En total, el 32% de los profesores de planta son mujeres. Este porcentaje es mayor en Arquitectura y Diseño (37%), Derecho (38%), Ciencias Sociales (50%) y Artes y Humanidades (50%) y se reduce considerablemente en Ingeniería y Medicina (17 y 15%, respectivamente) (Boletín Estadístico 2009, Gráfico 7, p. 51).

Y aunque la Universidad es la única de su prestigio que no tiene un centro de investigaciones o escuela de género (si lo tienen la Universidad de Antioquia, la Universidad del Valle y la Universidad Nacional), sus profesoras son expertas reconocidas en la producción de conocimiento sobre y para las mujeres: Betty Osorio, profesora de literatura, ha articulado y liderado la discusión en torno a la diferencia en las voces de las mujeres escritoras; Suzy Bermúdez ha dedicado su vida contar la historia de las mujeres en el siglo XIX y XX; Constanza Cárdenas de Santamaría ha desarrollado los estudios más importantes sobre mujeres ejecutivas y uso del tiempo de las mujeres en Colombia; Carmen Elisa Flórez es a nivel latinoamericano la experta en transiciones demográficas y derechos sexuales y reproductivos; María Emma Wills es el punto de referencia en la discusión sobre la participación de las mujeres; Ximena Peña ha refinado los instrumentos para entender la situación de las mujeres en el mercado laboral colombiano; y Helena Alviar es líder en la discusión sobre Género, Derecho y Desarrollo en el país.

Esta realidad de la Universidad es en buena parte resultado de la generosidad en la gestión de Carlos Angulo Galvis. Este también es su legado. Contar con una candidata mujer entre los que se sometan al Comité Directivo, ojalá contar con una Rectora, sería el mejor modo de reconocer este legado. Se me ocurren tres candidatas excelentes: Cecilia María Vélez, María Lorena Gutiérrez y Margarita Garrido. Todas tienen reconocida experiencia en el manejo de la cuestión académica, son grandes trabajadoras y han sabido liderar sin violentar a las mujeres, sin dejar de ser mujeres y apoyando a las mujeres. Sería inaceptable que con tan buenas opciones no se considere a ninguna.

domingo, 13 de febrero de 2011

Presentación

El grupo de investigación de Derecho y Género busca agrupar trabajos en torno a la manera en la que el derecho construye el género y distribuye recursos a lo largo de las dicotomías hombre/mujer y heterosexual/homosexual. Incluye reflexiones tanto sobre las prácticas educativas en las facultades de derecho como las prácticas de los operadores jurídicos.

En IDEGE podrá encontrar los resultados de nuestros proyectos, últimas publicaciones, videos e información a cerca de nuestras últimas acciones y rutas de atención para tutelar los derechos de poblaciones afectadas por la discriminación de género.