lunes, 10 de octubre de 2011

Mujeres del siglo XIX necesidades actuales.

Alejandro Cáceres Monroy

Carolina Alzate, en su texto “Otra amada y otro paisaje para nuestro siglo XIX: Soledad Acosta de Samper y Eugenio Díaz Castro frente a María” introduce de qué manera una literatura del siglo XIX permite formas alternativas de ver la figura femenina, el paisaje y la población. Para Alzate, esta literatura que apareció en la misma época y que narra historias que suceden en los primeros años de la década de 1850, se diputa lectores, y así ideas en torno a la construcción de nación, ciudadanía y Estado en Colombia respecto del romanticismo canónico imperante en la época.
La lectura de la novela del romanticismo del siglo XIX, presenta unos ideales y enfatiza unas características de los hombres, las mujeres, el paisaje y el proyecto nacional. Una de esas novelas, que según la lectura promovida en la época[1], mejor representaba esas características es María de Jorge Isaacs, en ésta encontramos al protagonista hombre, narrador inteligente, letrado, comprometido con el proyecto nacional, dócil y obediente a los deseos paternos una representación del futuro heredado, un ciudadano ideal. Por otro lado, María, bella doncella, sensible, católica, hacendosa, humilde, lectora de lo que su amado le propone. También está el paisaje que expone la María, un pueblo amado, necesitado de un hombre que lo gobierne. Ésta será pues la versión sentimentalizada y emotiva del Estado y de la patria. De esta manera dos infantiles, necesitados y dispuestos al patriarca, permiten que tanto la amada como el pueblo, también amado, existan, pero existan en tanto amados por él, por el hombre, por el ciudadano.  
De esta forma Alzate, al exponer María nos pone de presente la lectura que fue difundida y aplaudida respecto al proyecto nacional. Sin embargo, también introduce dos obras, estas dos obras plantean una relación distinta con el sujeto femenino y con el paisaje. Así, por un lado está Una holandesa en América de Soledad Acosta de Samper. En esta obra las mujeres tienen unas relaciones distintas, que más vinculadas al amor, lo están a la lectura. Su protagonista es romántica pero no muere de amor, se decepciona pero sigue adelante. Se sabe capaz. De igual forma, el otro personaje de la novela, amiga de la protagonista, cree en la patria y en el proyecto colectivo, tiene voz pública. El paisaje rompe las dicotomías de la naturaleza/cultura y civilización/barbarie ampliamente difundidas en las descripciones de América. En esta obra se presenta una subjetividad femenina fuerte, una mujer capaz de moverse en el mundo. Con capacidades administradoras, de su tiempo y de su vida.        
Por otro lado, Manuela de Eugenio Díaz Castro identifica a una población subalterna de iletrados y mujeres. Las relaciones de esa población iletrada son visibilizadas constantemente con la interacción entre el protagonista y Manuela, quienes no tienen una relación típica y legitima en la época (de opresión sexual del hombre letrado hacia la mestiza iletrada), sino que comparten conversaciones amigables con contenido político. En esta obra, la mujer aparece autónoma, con dudas y opiniones que pone en constante discusión y se cree capaz de denunciar la infantilización y la relación de dominación a partir de cuerpos del deseo, a los que los señores las someten.
Estas dos obras aparecen como una ruptura en la forma tradicional de narrar la novela, y también de contar la historia. Sus protagonistas, sus problemas y su manera de solucionarlos no acuden a las tácticas de María. Estos dos autores repensaron a sus protagonistas y a sus historias, para permitir a unas lectoras y lectores la desarticulación con la identificación y aceptación fija y acrítica de identidades féminas y masculinas.
La propuesta de los dos últimos pretende desarticular el sistema de opresión del que son víctimas las mujeres (y lo(s) negro(s), los LGBT, los indígenas, etc.) pues ese proceso identitario de la literatura no es exclusivo de las mujeres, es también una herramienta para los hombres. Estos hombres que sí son letrados, autónomos y capaces. Construyeron (y lo siguen haciendo) su masculinidad y sus valores a partir de lo ‘no mujer’. Los hombres, tal como apunta Angela Harris[2], han construido su masculinidad a expensas de las mujeres, bien sea excluyéndolas, hiriéndolas, denigrándolas, explotándolas, o abusando de ellas y necesitan defenderse a toda costa de ser contaminados con feminidad, pues esto se convierte en un peligro para su identidad masculina que se encuentra en constante afrenta, pues lo público ya no les pertenece de manera absoluta. Lo anterior puede rastrearse a través de la negativa de muchos hombres casados a ser asociados con labores domésticas o de cuidado[3].
De igual forma, es interesante ver cómo muchas de las caracterizaciones e ideales femeninos actuales parecen pertenecer al siglo XIX. Específicamente, el proyecto nacional actual, sigue enfatizando la belleza de las mujeres y lo hacendosas y amables que son. Así por ejemplo, la estrategia de promoción de Colombia como destino turístico[4], parece hacer un llamado nostálgico al romanticismo del siglo XIX. Por esta razón, la propuesta de ver de una manera alternativa la subjetividad de las mujeres, es actual. No sólo para irrumpir las miradas tradicionales, sino para repensar la forma en la que se reconoce y se celebra su autonomía y más específicamente para ver la manera en que sus denuncias son oídas, tramitadas  y respondidas por la sociedad y el derecho, que parecen no ser muy distintas a las de las mujeres de Manuela o la holandesa, pero que se siguen pensando solucionar según los ideales de María.


[1] La autora da cuenta de cómo esta no es la única lectura que se le puede hacer a la novela romántica, y de hecho presenta una nueva forma de leer María, que se distancia por lo menos del proyecto nacional que tanto la uso.
[2] Harris, Angela P. Gender, violence, race and criminal justice. Stanford Law Review. Vol. 52, No. 4 (Apr., 2000), pp. 777-807 
[3] Ver William, Joan. (2000) Unbending gender: why family and work conflict and what to do about it. Oxford University Press.  


Estudiante de Derecho y Ciencia Política de la Universidad de los Andes. Coordinador del Equipo de trabajo en la Relatoría sobre Violencia Intrafamiliar. Miembro del Grupo de Derecho de Interés Público (G-DIP), el Programa de Acción por la Igualdad y la Inclusión Social (PAIIS) y el Grupo de Investigación en Derecho y Género (IDEGE)

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